El hombre y el animal (principio de una ética)

Cuando Dios hizo al mundo, según la historia del Génesis, creo animales y al ser humano. Loa animales y el ser humano teniendo la misma casa, el mismo cobijo, incluso el mismo destino.  Al ser humano se le dio la responsabilidad de darle sentido a este mundo. Esa encomienda de nombrar a los animales significa que el hombre creado tiene la responsabilidad de dar a los animales un sentido de vida, un lugar a donde pertenece, la seguridad de que es cuidado y que el planeta también es de ellos. Entonces para los animales el mundo tiene sentido cuando se hace presente el cuidado responsable del ser humano hacia ellos (Génesis 2:19).

    El mundo ha perdido su armonía debido a que hemos perdido esa humanidad  que da el sentido de vida, de pertenencia a este mundo, a los animales que han sido creados por Dios mismo.   Una ética cristiana, una ética humana, no solo debe hablar sobre el "amar al prójimo", sino también de redimir la vida animal. Un plan de desarrollo social debe incluir la enseñanza de la protección del reino animal. 
           Cuando era niño ningún animal moría en casa.  Sea lo que fuere: una gallina, un gallo, un pato, un ganso, un cerdo. Quizás llegaba ese animal a casa por obsequio de alguien para que algún día fuera el alimento.  Sin embargo lo que sucedía es que inmediatamente, mi hermano y yo, nombrábamos al "animalito". Tenía un nombre y le dábamos la libertades de vivir en casa como uno de nosotros.  El cariño de la familia hacia el pequeño animal iba creciendo que nunca nadie tenía el coraje para sacrificarlo.   El mundo animal así esta buscando una oportunidad. Una oportunidad de ser parte de este mundo, de esta creación, y de terminar sus días viviendo aquí, en el hogar que Dios también creo para él, hasta su vejez.   

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